Las entrevistas de trabajo son un método indispensable en cualquier proceso de reclutamiento. Es por eso que debemos prepararnos con anticipación y aprender a vendernos a través de las respuestas que ofrecemos, la imagen que presentamos y el interés que nos genera la oferta que nos están haciendo.
Es recomendable, llegar 20 minutos antes de la hora programada para la entrevista, para tener tiempo de estacionar el auto y ser puntual.
En lo primero que se fija el entrevistador es en tu puntualidad. Cuando llegas tarde, das una imagen de falta de respeto al tiempo del reclutador.
Tu apariencia es importantísima para el entrevistador, porque refleja tu seguridad, atención al detalle, aspiraciones y actitud. Un candidato que llega mal vestido y desarreglado a la entrevista inmediatamente disminuye sus oportunidades de ser contratado porque el entrevistador percibe que va a entrevistar a una persona a la que no le interesa el puesto y que, si evidentemente es descuidado en su aspecto, seguramente lo será también en su trabajo.
La clave es vestirse como si ya tuvieras el puesto al que te estás postulando, observar todos los aspectos de tu apariencia, desde la ropa planchada y limpia, uso de una loción discreta, y hasta tener buen aliento. El objetivo es mostrar una imagen profesional.
Finalmente, es importante cuidar también el uso del perfume cuando se va a asistir a una entrevista,
Cuida la imagen y el lenguaje corporal. Sentarse derecho, es muy importante el evitar acudir acompanado por familiares, amigos, etcétera a la entrevista ya que esto no causa una buena impresión.
Tener una actitud sumisa o arrogante, cualquiera de estos extremos te cierra las puestas de la empresa, porque refleja conflictos de autoestima, seguridad, comunicación y actitud las cuales afectan tu desempeno y la relación con el equipo de trabajo.
La actitud ganadora en una entrevista de trabajo es ir con disponibilidad y apertura para hablar de cualquier tema relacionado a tu perfil, a la vacante, a la empresa o a la industria, pero siempre manteniendo un trato profesional. Recuerda que el entrevistador, por más agradable que sea, no es tu amigo de confianza. Calcula muy bien tus respuestas para evitar darle información que pueda ser usada en tu contra.
Es importante hablar con orgullo de tus logros sin ser arrogante.
Hablar mal de tu empleo y jefes anteriores da una mala imagen al entrevistado
Esta regla es básica, pues refleja tus valores de lealtad y compromiso con las empresas en las que has trabajado. Recuerda que el entrevistador no es tu confesor, y debes tener en cuenta que toda la información que proporciones será usada a tu favor o en tu contra, así que calcula bien tus respuestas.
No ver a los ojos refleja sumisión y desconfianza.
Contestar llamadas o dejar el celular prendido es un frave error tu prioridad en ese momento debe ser la entrevista de trabajo. Es una falta de respeto interrumpir una entrevista para tomar llamadas,
No fumes, no masques chicle durante la entrevista.
Hablar de sueldo y prestaciones en la primera entrevista es otro error frecuente, la remuneración es un tema muy importante, , sin embargo no debe ser tu motivación principal en el trabajo. Es importante evitar el hacer preguntas al entrevistador relacionado con el sueldo ofrecido para la posición.
Siempre debes expresarte con elegancia y sencillez, sin caer en lo pomposo ni en el exceso de confianza.Desgraciadamente muchos candidatos pierden su oportunidad al caer en alguno de estos excesos, por más preparados que estén.
No dejes que los nervios te traicionen, responde con naturalidad y mantén siempre una actitud profesional. Un ejemplo nos ha tocado candidatos que usan la palabra estrategia, alineación a la estrategia, muchas veces en la entrevista pero que no logran decir que realmente hicieron.
Por último...Tú eres el responsable de crear empatía con el entrevistador. Sonríe. No solamente con el entrevistador, desde el policía de la entrada, recepcionista hasta con el director general.